La pregunta  “por qué?”,  una mala pregunta ?  Por qué ?

La pregunta “por qué?”, una mala pregunta ? Por qué ?

Por Jean-Luc Pening

Con la experiencia aprendí que no me gustan las preguntas que comienzan por un « por qué ? » a tal punto, que aprendí a evitarlas. Y desde ese momento, me siento mejor, mucho mejor. Por qué ? Hay demasiados malos « por qué ? ».

Los “por qué?” que eluden, que inclusive bloquean, que destruyen..

En mi opinión, un mal « por qué ? » es el que busca explicar un problema buscando una causa exterior. Es de ese por qué del que yo hablaba en una conferencia y que me valió tantas reacciones positivas de personas que entendieron la inutilidad.

El día en que me liberé de la pregunta « por qué me dieron un tiro ? » pude avanzar y pensar en el futuro. Por qué estaba ahí, en el lugar equivocado ? Por qué estaba yo ahí en el mal momento en la trayectoria de esa bala ? No hay ninguna respuesta a esa pregunta, como tampoco a la de saber por qué tal persona murió o por qué el azar y la fatalidad existen. Si me hubiera quedado en esa pregunta estaría todavía dando vueltas, buscando causas y culpables, mirando un pasado inmutable, encerrado en los arrepentimientos.

En este caso la pregunta por qué no tiene respuesta. Crea un problema donde no existe, siendo un problema, por definición, algo que aporta soluciones. Que hoy yo sea ciego es un hecho y no mas un problema. Tengo que aceptarlo inclusive aunque sea difícil y parar de hacerme preguntas inútiles.

Lo mismo para todas aquellas personas que, por ejemplo, se preguntan por qué cayeron en la droga, en el alcohol, en la decadencia… Mientras que yo no encontré ni una sola respuesta a mis por qué, todas esas personas encontrarán diez, veinte, cien respuestas a las suyas : porque mi padre esto, porque la sociedad lo otro, porque en mi infancia aquello… porque…

Estos « por qué ? » no traen respuestas ; mas bien justificaciones, excusas para tenerse auto-compasión o suscitar la compasión. Todo negativo, nada constructivo sólo con qué justificar un statu quo.

Estas personas pasarán a la acción y se liberarán de ese peso el día en que, como yo, dejarán de hacerse la pregunta « por qué ? », el día en que aceptarán la realidad tal como es y pasarán a la pregunta : « OK soy discapacitado, o esta persona murió, o tengo una debilidad por la droga, por el alcohol, OK soy así, la vida es así… qué hago ahora con esto? A dónde voy?

Los “por qué” justificativos

Why

Pero hay otros malos « por qué ? »… Los que obligan a justificarse y a explicarse.

Cada vez me molesta mas el hecho de que muchas personas respondan, a mis pedidos de ayuda, con un « por qué me pides esto ? » o « por qué me pides esto a mi ? »… Le tomé el gusto a responderles « si te pregunto esto, es porque me gustaría tener una respuesta… » o « porque te lo pido gentilmente ». Tener que justificarse cada vez que uno hace o deja de hacer algo es muy pesado. Tengo ganas de decirle a todos esos « por qué ? » : confíen en mí ! Paren de verificar si mis preguntas o mis pedidos son justificados ! Estos « por qué ? » denotan, en mi opinión, una falta total de confianza.

Visto del otro lado, dejé de preguntarme por qué tal persona no respondió a mi pedido a pesar de mi confianza en ella. No hay nada mas destructor que la reflexión « hubiera podido… ». Si alguien no hizo exactamente lo que usted le ha pedido, es que tenía buenas razones, sus razones propias. Hay en el perpetuo « por qué ? » una falta de confianza en el otro. Un rechazo del otro tal como es, con sus motivaciones propias. Por qué es así ? Por qué me pide esto ? Por qué no !…

Siempre según mi opinión, estos « por qué ? » muestran también una expectativa. Y estar en la expectativa perpetua constituye también un punto de bloqueo. Qué libertad que hay en el dar simplemente, sin esperar nada! Invito a todos los que me rodean y a mis clientes a probarlo algún día.

Cuando alguien no respondió a mi expectativa, en lugar de preguntarme « por qué ? », trato de preguntarme « qué es lo que hice o no hice para que esta persona no entendiera mi pedido ? » o « puesto que esta persona no puede ayudarme, a quién podría yo pedírselo ? ». Las únicas preguntas con las cuales puedo tener un eventual impacto.

El “por qué” que juzga, el no “por qué” que coachea

Cómo se siente usted si alguien le pregunta : « por qué haces esto ? ». No le trae recuerdos de la infancia ? La voz de un papá o una mamá acusadores ?

Estas preguntas conllevan una necesidad de justificarse y explicarse, sobre todo cuando son utilizadas por un padre o un superior. Implican muchas veces un juicio, una acusación y entonces, pueden incomodar.

Es por esto que los aprendices coachs aprenden muy rápido a no preguntar jamás « por qué ? ». Con un por qué ? » el cliente puede sentirse juzgado, sopesado. Un por qué que instaura una jerarquía. Con lo cual se quiebra toda confianza y en consecuencia toda posibilidad de avanzar en un coaching de igual a igual.

El coach profesional preferirá reemplazar estas preguntas intrusivas por « Cuál era el objetivo cuando hiciste esto ? » o « Qué te motivó ? ». Preguntas que ponen cómodo al cliente y que no conllevan ninguna noción de juicio. Preguntas que abren hacia nociones positivas de objetivos, motivaciones, construcciones …

Los buenos “por qué?”

Afortunadamente quedan todos los « por qué ? » geniales : los de los científicos curiosos como Newton que hicieron avanzar la ciencia preguntándose por qué esa manzana caía ; los de todos nosotros cuando vamos a buscar nuestras motivaciones profundas a través de los « por qué », esos cuyas respuestas nos hacen replantearnos y todos los « por qué » mágicos de un niño que descubre el mundo y quiere saber todo… Esos por qué del aprendizaje que debemos desarrollar y alentar para que no caigamos jamás en el error y la imbecilidad del « yo sé todo »… Esos por qué que hacen avanzar, esos por qué que hacen a nuestra motivación personal y que nos mantienen en acción.

Todo esto por qué? 

Lo que tengo ganas de compartir con ustedes ?: Cuidado con los « por qué » que juzgan, que rompen la confianza y ponen en una situación de espera del otro y a los « por qué » que bloquean, que impiden ver hacia adelante y nos envían sobre caminos sin salida…

Prueben el no-por qué! Libérense! Sáquense ese pesado vestido de juez, ese disfraz de mendigo o esa combinación de cazador de lo inútil. Vivan sin y se sentirán livianos.

Guarden sólo los « por qué » de la infancia que buscan comprender las cosas como son y que abren al mundo.
Jean-Luc Pening

© copyright febrero 2015  Tandemcoach