Por François Kaisin
Nuevas formas de pensar, de comunicar y de consumir se ponen en marcha progresivamente con las nuevas generaciones y multiculturalidades en el poder; emergencias económicas, reglamentaciones internacionales y preocupaciones medioambientales crecientes. Estos cambios y las nuevas expectativas que crean, parecen llegar demasiado rápido en relación con la capacidad de las organizaciones para absorberlos.
En consecuencia, las organizaciones no tienen otra salida que tomar perspectiva y rever el proceso que les permita aumentar su capacidad de adaptación, cambiando sus propios paradigmas y abriéndose a nuevas oportunidades. Entonces cómo pueden empezar las empresas a integrar eficazmente estos cambios en su visión y estrategia, creando consecuencias positivas respecto de su cultura y de la performance organizacional?
Aquí discutiremos sobre como desarrollar una cultura adaptativa que ponga el acento en nuevos modos de interconexión entre las partes interesadas y el compromiso y la colaboración entre el equipo directivo y el personal.
Hacia una nueva era
Estamos en un período de progresos acelerados y de grandes transformaciones que muestran que se está produciendo, a nivel de las empresas, una “reacción” y una necesidad de emerger, de integrar estos cambios y de adaptarse de otra manera a este mundo que se mueve muy, muy rápido. Nuestra relación con la tecnología bajo la presión creciente de fenómenos asociados principalmente a Internet hacen replantearse la empresa de hoy, la economía, los comportamientos y las aspiraciones. Evolucionamos, nos dotamos de nuevos niveles de consciencia, de habilidades y desarrollamos herramientas que convienen a nuestros nuevos desafíos. Estos nos obligan a cambiar nuestros propios paradigmas y los que hacen al crecimiento de nuestras empresas, las cuales nos esforzamos en hacerlas sustentables.
Entonces cómo nuestra empresa « de mañana » puede integrar eficazmente estos cambios en su visión y en su estrategia, aportando consecuencias positivas para su cultura y performance organizacional ? En poco tiempo pasamos de la era del « hacer », la del corto plazo, la de nuestros hábitos y nuestras tecnologías, a la era de las « representaciones », de la proyección en el mediano plazo y la estrategia que deriva. Sin embargo estos cambios acelerados requerirán que pasemos rápido a otra era, la de lo humano y del « sentido ».
Tal es lo que está en juego en nuestras vidas y en la de las organizaciones humanas y es esto lo que intentaremos esclarecer.
Una sociedad que cambia muy rápido
Mientras que el crecimiento de la población y la urbanización se aceleran (1 billón de personas mas entre 2000 y 2012), un nuevo orden económico y geopolítico se instala, principalmente por la emergencia económica de Asia, pero también por una regulación internacional en desarrollo, como por ejemplo, la de la transparencia bancaria y fiscal entre países.
Simultáneamente irrumpen varias crisis de orden financiero y sanitario (la vaca loca, pollo con dioxinas…) y varias preocupaciones de orden medioambiental y ético (destrucción de bosques, pesticidas, emisiones de dióxido de carbono…) que conducen a un nuevo modelo de consumo que se pone progresivamente en marcha. El surgimiento de una información alternativa, la vigilancia y las elecciones de consumo dan un nuevo poder a los consumidores sobre la oferta y los circuitos de venta en línea, de intercambio o « trueque », permitiendo acceder a los bienes sin pasar forzosamente por las empresas.
El consumo llamado « colaborativo » fomenta el uso, el acceso a los servicios mas que la propiedad ; las relaciones humanas mas que el mercado ; los recursos existentes mas que la producción. Los compradores no están listos a dejar de lado el confort moderno pero sí a comprar de otra manera, desde el café hasta el smartphone equitativo, o a acceder de otra manera a la información a través de las enciclopedias « open source ».
La relación con tiempo cambia también brutalmente en la carrera hacia la rentabilidad (stress, “financiarización” de la economía y crisis) ; el presente perpetuo y menos tiempo para capitalizar sobre nuestra historia, mientras que la vida se alarga. Y qué decir de la relación al espacio, donde la movilidad reemplaza lo estático.
El individuo mismo evoluciona muy rápido. La generación de los años 80 y 90 (denominada « Y » o « why »), pronto en el poder, están sobre todo en la búsqueda de un nuevo « sentido » en sus elecciones de vida. Mientras que para las generaciones precedentes, las creencias y comportamientos están fuertemente ligados a la cultura local, los de la generación Y se asemejan bastante en el mundo : vivamos el presente, tengamos varios proyectos al mismo tiempo, pasemos del pensamiento del texto al de la imagen… y el pensamiento binario que se debilita, el mundo virtual que reemplaza el real, la comunicación de todos con todos, en una diversidad de modos de comunicación que explota.
Lo que está en juego y es trastornado por Internet, son las relaciones humanas y la complejidad de los fenómenos relacionales. Vemos bien que, mas allá de los intercambios, son situaciones compartidas, afinidades compartidas, valores compartidos que se establecen y hacen vivir nuevas comunidades. Es este nuevo universo en el cual la empresa deberá evolucionar.
Lo increíble viene hacia nosotros!
Las investigaciones y desarrollos en curso nos muestran que lo increíble viene hacia nosotros muy rápido!: vehículos guiados por captores podrán pasar a buscarnos sin chofer. Calculando de manera muy diferente, las computadoras podrán centuplicar su capacidad de cálculo. La inteligencia artificial estará presente en todos los ámbitos y nuestras computadoras podrán deducir y desarrollar sentimientos a través de réplicas del cerebro. Una simple sonrisa, un gesto de enojo o un simple pensamiento interpretados por captores desencadenarán reacciones tecnológicas adaptadas. Podremos agregar un amigo en nuestras redes sociales simplemente dándole la mano. Los aparatos cambiarán de forma y obedecerán a nuestro cerebro. La robótica personal, la tableta que será tan flexible como una hoja de papel. Podremos leer nuestros mails a través de lentes de contacto. Podremos traducir un texto en cualquier idioma hablando con nuestro smartphone. Inclusive el poder fabricar objetos desde casa con ayuda del web y de una impresora 3D (disponible actualmente en el mercado).
De una realidad aumentada con informaciones contextuales en nuestra pantalla con cuerpo aumentado por prótesis repletas de captores, el hombre va a delegar una gran parte de sus tareas cognitivas a la tecnología (recuerdos, tareas repetitivas, sentido de la orientación, organización) para concentrarse en la creación. Ya lo vemos venir : dos millones de patentes fueron depositadas en el mundo en 2012 ; un fabricante chino de smartphones sólo depositó seis mil patentes!
Cómo integrar estos cambios en la empresa
La creatividad pasa ante todo por la persona. A nivel individual todo pasa primero por conocerse y reconocerse en ese contexto tan cambiante. Definirse, respetarse y asumirse; reconocer su apertura a la diferencia y a los cambios de paradigmas. Quién nos prohíbe salirnos del marco? Y buscar nuestro justo equilibrio entre vida personal y vida profesional por el respeto de nos espacios: físico, intelectual, relacional y de poder. Satisfacer nuestras necesidades de seguridad, de sentido, de reconocimiento y de autonomía. Es viviendo el momento presente que preparamos mejor nuestro futuro!
A nivel organizacional, cuáles son los principales puntos a considerar en la empresa « de mañana »? A la luz de lo que hemos expuesto mas arriba, tendremos que esperarnos muchas mas reestructuraciones, fusiones y deslocalizaciones, mientras que al día de hoy el 70% de los cambios organizacionales no alcanzan (o sólo en parte) sus objetivos por no tomar en cuenta esta dimensión humana.
Partimos del principio de que la capacidad de adaptación o la « plasticidad » de un « organismo » lo pone en coherencia con el medio, permitiéndole asegurarse su sobrevivencia y su éxito « reproductivo ». Nosotros vemos a la empresa de mañana por todos lados, pues estará constituida por una constelación de empresas estrechamente interrelacionadas alrededor de valores, objetivos y soluciones colaborativas y eficientes, donde las relaciones de poder serán mínimas. Su creatividad y su cultura adaptativa serán factores clave de crecimiento. La gente estará diferentemente interconectada, confiable y abierta a la inteligencia de las acciones colectivas, en interno como en externo debido a una mayor « porosidad » de la empresa, permitiendo una ampliación significativa de los intercambios.
Entonces si admitimos que cada individuo se encuentra en el centro de los conocimientos y de la creación de valor, entendemos la ecuación siguiente : conducir, en lugar de administrar el personal, es ante todo respetar las necesidades específicas del individuo según su edad, su sexo, los pasajes de su vida, es optimizar la productividad, la creatividad, el rendimiento profesional de este mismo individuo. El espacio, el tiempo y los roles habrán completamente cambiado en función de las nuevas necesidades expresadas por los « generación Y » y las siguientes.
Se trata de atraer y retener no solamente a los clientes sino sobre todo al personal calificado y motivado. Los futuros empleados elegirán las empresas que creen a la vez riqueza y bienestar, la atmósfera de trabajo y la calidad de sus intercambios.
Si se considera la unicidad de cada uno, podemos pretender que identificar los potenciales específicos individuales y valorizarlos permite ubicar estratégicamente al individuo en la empresa y así ofrecerle a ésta un recurso eficaz y operativo. Podremos evocar así algunas acciones no muy difíciles de implementar :
- Ayudar a los individuos y a los equipos a conocerse mejor y a comprender mejor el medio ambiente con el cual se interrelacionan, siendo siempre vigilantes a su exposición a los riesgos de “surmenage” o “ burn-out”.
- Identificar los frenos internos, administrar y mejorar la estrategia basada sobre la comunicación, la formación y el desarrollo, las herramientas, nuevos estilos de conducción con una « actitud coach ».
- Desarrollar comunidades de práctica y aprendizaje, dándose el tiempo para hacer surgir pensamientos claros y con perspectiva. Revisar el medio de trabajo para reducir el stress, mejorar la capacidad de generar nuevas ideas y dar lo mejor de nosotros mismos.
- Desarrollar proyectos de empresa mas humanos y mas « verdes », que den el sentimiento de construir un mundo nuevo.
- En fin, valorizar el potencial único de cada individuo ubicándolo en el momento justo en los proyectos y en los equipos.
- Pensar en dar feed-back positivo al individuo y al equipo (reconocimiento del « saber hacer » y del « saber ser », respeto y sostén, cohesión de equipo).
- Acordarse recursos como el coaching con el fin de desarrollar una dinámica armónica y eficiente en los equipos… y por qué no, ayudarlos a salir del marco preestablecido?
En otras palabras
Cómo surfear sobre esta ola de cambios acelerados ? La era del « sentido » es bien aquella donde la performance es interpelada por los valores, la responsabilidad social, el compromiso compartido. Viene extendido al campo relacional, la comunidad de empresa, su inteligencia colectiva, su cultura adaptativa donde el valor se encuentra en los valores y el sentido del bien común.
La competencia clave no es mas el tratamiento de la información sino el tratamiento de situaciones humanas complejas que se convierte en el nuevo horizonte del desarrollo de las empresas, con Internet en tela de fondo. Capital económico y capital humano son, efectivamente, cada vez mas interdependientes y es evidente que la gente feliz es mas eficiente, competente y agradable en el trabajo como en la casa !
A qué punto su empresa está en condiciones de integrar todos estos factores en sus orientaciones estratégicas ? Qué cambiaría usted, mañana mismo ? Estaríamos encantados de conocer su opinión al respecto!